jueves, 25 de junio de 2020

FanFic Oneshot (Espalda con Espalda)



D Í A 1

“Debido al incremento en muertes que se está viviendo por culpa de la pandemia el gobierno de Japón ha declarado cuarentena obligatoria por tiempo indefinido empezando desde este día”

— ¿Es en serio? —se quejó Akira aun con el control de la televisión en la mano— ¿Y si tenemos que salir?

—Los avisos dicen que solo puede salir uno para cosas indispensables, y después volver—dijo Kouyou de lo más tranquilo llegando de la cocina a la sala con el—Tendrás que quedarte aquí.

— ¿Te molesta?

—Sabes que no—dijo sentándose a su lado.

Akira había ido de visita ese día solo porque estaba aburrido, en el trabajo ya les habían dicho que se suspenderían las labores presenciales y tendrían que seguir trabajando desde casa, asi que apenas terminaba se aburria horriblemente, a veces salía a caminar o a correr para distraerse, pero ahora ya ni siquiera podía hacer eso.

— ¿Tienes suficiente comida?

—Si—tomo el control y cambio el canal—fui a hacer la compra ayer, la despensa está bien equipada, de todas formas, incluso si no tuviera, puedo salir a comprar y volver según las indicaciones.

—Bien—se dejó resbalar un poco en el sillón— ¿ahora que hacemos?

—Estábamos viendo la película del otro canal antes de que saltara el anuncio de alerta.

—Ya… —cambio de canal de nuevo y se apoyó en su hombro.

Se quedaron viendo películas casi toda la tarde hasta que se hizo de noche, Kouyou preparo una cena para los dos, en donde justo surgió la incógnita.

—Oye Shima.

— ¿Mmm?

— ¿Dónde voy a dormir?

—Oh… buena pregunta

— ¡¿Cómo que buena pregunta?!

— ¿En el sillón? Sabes que no tengo habitación de invitados.

Bueno, en teoría si la tenía, o la había tendió, esa habitación paso a ser su propio estudio de audio en casa, todos sus equipos y guitarras estaban en ese cuarto asi como su computadora portátil y la de escritorio de 3 pantallas, se tomaba su trabajo muy enserio.

—No puede ser… ¿sabes lo que eso le hará a i espalda?

—suenas como un viejo—se quejó—si no quieres dormir en el sillón quedate conmigo en la cama y ya, deja de hacer berrinches que ya no tienes edad para eso.

—No, imposible—se levantó y recogió su plato—No puedo dormir contigo en la misma cama Kouyou.

—Antes lo hacías—se encogió de hombros y termino su cena—No veo el problema, somos adultos Akira, ya sé cómo duermes.

—Shima sabes perfectamente que duermo desnudo—tenía un ligero sonrojo, le avergonzaba mucho esta situación, pero no por las razones que el pelinegro creía.

— ¿Y eso que? No me molesta, nunca me ha molestado. —llevo su plato al fregadero, una vez termino de lavar todo se dirigió a su habitación para cambiarse.

—Shima no me dejes hablando solo. —le grito desde la cocina.

—Pues ven—dijo fuerte desde el cuarto.

Akira no tuvo más remedio que ir, lo encontró ya en su cama solo con una playera ligera para dormir y en boxers. El rubio paso saliva, ver a Kouyou asi lo ponía ansioso.

—Bien, tú ganas—comenzó a quitarse la ropa—pero te quiero en la esquina de la cama.

— ¿Ah? ¡Es mi cama!

—Si ya sé, pero yo dormiré en la otra esquina—termino de quitarse la ropa y se metió bajo las cobijas. —No quiero que te me pegues Shima, te lo advierto.

—Bien—se burló y apago la luz una vez ambos estuvieron bajo las cobijas.

El silencio se hizo presente, ambos estaban en una esquina de la cama agradecidos de que fuera matrimonial, las reparaciones de ambos estaban un poco aceleradas, Akira no conseguía relajarse y eso a Kouyou lo ponía ansiosos sin saber por qué.

Pasaron unos cuantos minutos hasta que Kouyou se durmió, Akira se sintió aún más intranquilo debido a eso, conocía a Kouyou desde que eran niños, lo conocía mejor que la palma de su mano y sabía que Kouyou necesitaba dormir abrazado a algo sí o sí.

Y cuando dormía con alguien, ese algo siempre solía ser la ora persona.

No sintió movimiento por eso de unos 20 minutos y eso inevitablemente lo calmo, tanto que el sueño lo venció porque si estaba bastante cansado.

A la mañana siguiente el primero en despertar fue Akira y se encontró con la sorpresa de que Kouyou estaba durmiendo tranquilo sobre su pecho, se tuvo que morder la lengua para no soltar un grito porque el también abrazaba al pelinegro.

Con mucho, mucho, mucho pero MUCHO cuidado se alejó lo suficiente como para salir de la cama y correr al baño, lamentablemente la erección ya estaba ahí. Gruño frustrado, por eso mismo no le gustaba compartir cama con Kouyou.

Desde hace unos 6 o 7 años que su mejor amigo tenía un título más alto en su corazón, pero nunca dijo nada para no afectar la amistad, se mantuvo al margen y con eso estuvo bien por un tiempo, el problema era Kouyou que al no ser consciente de sus sentimientos se comportaba como siempre y a veces más meloso de lo que debía, haciendo que todo en Akira se alterara.

Y ahora tenía que vivir con él por quien sabe cuánto tiempo hasta que acabara la cuarentena, no sería malo si al menos tuviera cuarto propio, compartir con Kouyou no era problema, era su mejor amigo, amor secreto, su confidente, se conocían desde niños y siempre hubo una idea de vivir juntos muy independiente de las fantasías de Akira.

El problema seguía siendo el mismo, Kouyou no sabía nada y lo tocaba más de lo que debía haciéndolo reaccionar…

—Mierda…—suspiro y abrió las la llave del agua fría de la ducha, tenía que deshacerse de eso como fuera antes de que Kouyou despertara.

Lástima que Kouyou ya estaba despierto.

— ¿Akira? —grito en medio de un bostezo.

— ¡Me estoy bañando!

—Bien—se levantó y toco la puerta— ¿Qué quieres desayunar?

—Lo que sea.

—Después no te quejes—sonrió y regreso solo para ponerse unos pantalones y caminar rumbo a la cocina.

Akira termino su baño dentro de poco, se vistió rápido y fue a la cocina donde Kouyou ya tenía el café listo y el pan tostado.

—Tenía pensado ir hoy por mis ninfas—dijo apenas sentándose y tomando su taza de café.

—Ve por ellas y trae ropa tuya, porque toda la que llevas puesta es mía—se rio terminando de servir más pan.

—si ya se perdón ¿te molesta?

— ¿Cuándo me ha molestado que uses mi ropa Suzuki?

—Nunca—sonrió.

—Ahí está, come, vas por tus cosas y regresas.

—Si.

El mismo sabía que tenía que regresar, incluso si sus problemas seguirían al quedarse con Kouyou, pasar la cuarentena solo sería más desquiciante que acompañado.

D Í A 15

Había logrado sobrevivir.

Si bien la vida con Kouyou no era mala, aún estaba el problema de dormir juntos. Había intentado dormir un par de noches en el sillón alegando que, hacia demasiado calor para compartir cama, pero su espalda lo recinto mucho y siempre terminaba regresando a la cama donde Kouyou y el siempre dormían dándose la espalda pero que al final el menor terminaba pegado a él, abrazándolo como siempre lo hacía.

Y el siempre terminaba con una erección sin poder evitarlo. Quería pensar que Kouyou no se daba cuenta de eso, lamentablemente Kouyou ya era consciente de sus escapadas al baño, a veces en la mañana, a veces en la madrugada y eso lo ponía ansioso porque no sabía cómo abordar el tema.

Sabía que Reita era un hombre con necesidades y bastante sensible, además, pero era difícil tratar ese tema con su mejor amigo, no quería incitarlo a salir y buscar a alguien, pero tampoco podía dejarlo sufrir dentro.

Lástima que ese no era el problema, si Akira era asi es porque amaba y deseaba mucho a Kouyou.

— ¿Por qué me ves asi? —pregunto el pelinegro con duda, estaban en la sala jugando un juego de mesa y Akira no había dejado de mirarlo de una manera muy…intensa.

— ¿Asi cómo?

—No sé, raro.

— ¿Raro cómo? —sonrió con burla.

—No sé cómo explicarlo, pero deja de verme asi, me pones nervioso.

—Oh lo siento—dirigió su vista al juego entonces.

— ¿Estas bien?

—Si ¿Por qué? —ahora fue su turno para mirarlo con duda.

—Te noto más ansioso de lo normal.

—Es por el encierro, sabes que siempre iba al gimnasio y hacer ejerció en casa no se compara mucho a las maquinas que suelo ocupar.

—Se que hay algo más—sonrió—te conozco.

—Puede que, pero no estamos preparados para esa conversación todavía.

—Oh…Bueno—sonrió y siguieron jugando.

Vivir juntos era tanto una tortura como una bendición, ambos lo sabían.

D Í A 23

Ya no aguantaba más…

Estaba en su límite.

Había intentado de todo, TODO para que Kouyou permaneciera en su lado de la cama, pero al final siempre volvía con él para abrazarlo.

Le había hablado, lo había empujado se había dormido al revés incluso, pero siempre pasaba lo mismo, Kouyou siempre terminaba abrazado a él, acurrucado en su pecho.

Necesitaban conversar.

—Shima…—entro en la habitación encontrándose con el pelinegro jugando con su Game boy recostado en la cama de una manera muy casual, pero que por su falta de sexo y enamoramiento de años se le hacía demasiado sexy.

— ¿Dime? —pregunto sin despegar sus ojos de la pantalla.

Trago saliva, no podía…

—Eh…—sus ojos se desviaban por todos lados menos a su cara, podía ver sus brazos descubiertos con varios lunares por la playera de manga corta, su cuello tan expuesto, sus piernas descubiertas debido al short que traía puesto por el calor…

— ¿Akira? —dejo el juego de lado y lo miro, el rubio sintió que el mundo se le movía, se veía demasiado bonito y seductor.

—Amm… yo—y no pudo, se fue corriendo a la sala.

— ¿Aki? —se levantó de la cama para ir a verlo, lo encontró en el sillón apoyando sus codos en sus piernas y cubriendo su rostro con sus manos, una posición que denotaba solo una palabra “ABATIDO”. —Aki… ¿Qué pasa? —se sentó a su lado y toco su hombro.

—Nada, ve a seguir jugando, estaré bien.

—Ya mejor dime que pasa—suspiro.

—No estas preparado para esa información—se levantó y tomo sus cosas para salir.

— ¿A dónde vas? —se levantó preocupado, Akira sabía que no debían de salir, solo podían ir al supermercado y volver.

—Voy a comprar unas cosas que me hacen falta ¿quieres algo?

—No…estoy bien, no tardes mucho.

—No tardo—y sin volverlo a ver se fue de ahí.

Kouyou se pasó casi toda la tarde con la preocupación, Akira no volvía, intento llamarlo, pero no le respondió, se quedó despierto hasta casi las 10 de la noche, fue ahí donde el rubio apareció con un abolsa de compras en la mano.

El abrazo no se lo esperaba, pero aun asi correspondió porque pudo sentir como la tensión en Kouyou desaparecía, tuvo que utilizar todo su auto control para no besarlo ahí mismo y hacerle el amor en la sala, asi que solo se separó con cuidado luego de dedicarle una tenue sonrisa, dejo las cosas en la cocina y mando al pelinegro a acostarse, Kouyou obedeció y lo espero en la cama hasta que llego.

Lo vio desvestirse y meterse bajo las sabanas rápido.

— ¿Por qué no me respondías?

—No sentí el teléfono, lo siento—mentira, no quería hablar con él porque había salido precisamente para que no hubiera un contacto que lo alterara más.

—Lo bueno es que ya estás aquí—bostezo—buenas noches—se dio la vuelta para quedar de espaldas.

—Descansa—soltó un suspiro y cerró los ojos, conto el tiempo, siempre eran 20 minutos o menos los que Kouyou tardaba en dormirse y girarse para abrazarlo.

Y paso, fueron 15 minuto esta vez, sintió el movimiento a su lado y uno de los brazos delgados del pelinegro se coló por debajo del suyo para poder abrazarlo, también sintió una de sus piernas encima de su cuerpo y soltó un suspiro.

Salir a caminar le había servido para reflexionar, si se quedaba asi y era Kouyou el que despertaba primero ¿Qué pasaría? ¿se avergonzaría? Hasta ahora siempre separaban separados gracias a Akira, pero si esta vez lo dejaba despertar para que se diera cuenta de lo que hacía ¿cambiaria algo?

Por esa noche se permitió ser abrazado, trato de no preocuparse y de no pensar en nada malo pro tener a Kouyou pegado a su cuerpo y generar una reacción no deseada, se relajó poco a poco al sentir la respiración de Kouyou chocando contra su nuca a pesar que de vez en cuando le causaba escalofríos.

A la mañana siguiente Kouyou abrió los ojos y se dio cuenta de donde estaba y que estaba haciendo, provocando un sonrojo catastrófico que llego hasta sus orejas; con mucho cuidado se alejó del rubio que al parecer seguía durmiendo.

—Oh mierda…—exclamo muy bajito, pero entando su sorpresa.

Ahora entendía porque Akira a veces se le veía incomodo a la hora de ir a dormir y se sentía demasiado culpable por hacer pasar eso a su mejor amigo, en el desayuno hablaría con el…

Fue al baño para darse una ducha rápida, necesitaba pensar bien en que palabras usaría para abordar el tema. Akira se estiro en la cama apenas se dio cuenta de que estaba solo, escucho el tronar de los huesos de su espalda y soltó un suspiro, se extendió en todo el colchón y se quedó mirando el techo, no había dormido casi nada, solo una o dos horas, se la pasó toda la noche sintiendo a Kouyou pegado a él, porque lamentablemente sabía que solo asi podría sentir a Kouyou cerca, tenía bastante claro que su mejor amigo no tenía intereses por su mismo sexo.

Se levanto y fue a la cocina por alimento de sus aves, sirvió en su platito y limpio un poco la jaula, después se lavó las manos y preparo un desayuno sencillo.

Kouyou apareció poco después aun secándose el cabello.

—Si quieres algo más preparalo tu porque sabes que yo soy un peligro en la estufa—dijo soltando una risa y tomando su café.

—Aki quiero hablar contigo…

— ¿Qué ocurre?

—Yo quiero disculparme—tomo sus manos y miro estas, no se atrevía a verlo a la cara—siento mucho que tengas que soportarme a la hora de dormir, lo siento.

—Ey—soltó una de sus manos y alzo su rostro por la barbilla—no pasa nada, no te preocupes, ya me estoy acostumbrando.

—Te juro que no se vuelve a repetir, y si pasa pegame por favor.

—Con hablarte creo que basta—se rio—anda, si vas a preparar algo hazlo.

—Con lo que hiciste está bien. —tomo su taza de café y unos de los panes que estaban en el desayunador.

Hablaron como siempre, de las cosas de siempre, vieron los programas de siempre, jugaron algunos juegos nuevos en la consola que Kouyou aún no había estrenado por quien sabe que, y al final del día, luego de una película se fueron a dormir.

Las primeras 4 horas que estuvieron en la cama todo fue muy tranquilo, sus espaldas estaban casi tocándose, pero bueno, cada uno estaba en su esquina, ambos estaban algo nerviosos sin saber muy bien porque, pero no habían podido dormir, por lo cual ambos seguían estáticos en cada esquina.

Eventualmente Akira ya no pudo permanecer más despierto y se durmió, Kouyou lo noto al escuchar como su respiración se volvía más lenta, se giró para mirar el movimiento suave de su cuerpo por cada respiración.

20 minutos después Akira se acomodó boca arriba y Kouyou pudo mirarlo mejor, se acercó solo un poquito más y acaricio su rostro, sonrió al notar como arrugaba la nariz por el cabello que había movido de su rostro.

Luego se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se volvió a girar en la cama con un ligero rubor en sus mejillas, trato de dormirse, de verdad que sí, pero no pudo, volvió a girarse solo para ver al rubio dormir.

De todas formas, no tenía nada de malo ¿verdad?

D Í A 30

Kouyou se sentía extraño.

Desde hace un par de días había comenzado a notar ciertas cosas en Akira que…le gustaban.

Si, le gustaban.

Por ejemplo, sus brazos. Antes no le había prestado atención, pero ahora que sentía que tenía todo el tiempo del mundo para mirarlo podía notar la forma en la que se tensaban sus músculos y se marcaban sus venas cuando hacia ejercicio con sus mancuernas.

O la forma en la que podía ver su trasero de manera perfecta cuando ocupaba su rueda para abdomen.

Pero eso no lo hacía gay ¿o sí? Tal vez la cuarentena le estaba afectando demasiado…

— ¿Shima? —preguntó al verlo perdido en sus pensamientos.

— ¿Mmm? —sus ojos se volvieron a enfocar en él, se estaba secando el sudor con una pequeña toalla, su cabello estaba hacia atrás y bueno, su garganta se secó ante la imagen.

— ¿Estas bien?

—Si, solo…—cerro los ojos—estoy algo distraído.

—Estas aburrido—se burló.

—Si, un poco, haces ejercicio yo solo te veo hacerlo—sonrió.

—Deberías intentarlo conmigo.

—Prefiero mi yoga, gracias—se alejó al verlo acercarse demasiado.

—Solo la haces los domingos.

—Si, llevo una rutina estricta asi que largate a bañar. Apestas—se quejó.

—Si señor discúlpeme—se burló y fue al baño.

Apenas lo vio, Kouyou soltó un respiro y se dejó caer en el sillón, no sabía cuánto tiempo podría soportar asi, era obvio que Akira notaba sus “Gay panic”.

—Esto no es posible—suspiro cubriendo su rostro—no puede gustarme, no, no, no, no, no soy gay, no me puede estar gustando mi mejor amigo, es por la cuarentena, relajate…—se dijo a sí mismo.

“Tranquilizate, no eres gay, no te está gustando tu mejor amigo, solo estas notando que es jodidamente atractivo porque no tienes nada mejor que hacer, calmate, no eres gay, no eres gay no eres gay…”

—Oye Shima ¿ya no tenemos helado?

Kouyou se sentó en el sillón y giro su vista a la cocina para verlo, la garganta se le seco y comenzó a sudar enfrió, solo traía un pantalón, el agua aun goteaba desde su cabello hasta su pecho y espalda…

—Eh…C-Creo que no…—se sonrojo no puedo evitarlo.

“Okey, creo que si soy un poquito gay…”

—Voy a comprar ¿tú quieres algo? —pregunto caminando al cuarto para vestirse.

“A ti encima…”

Se golpeo.

—Trae muchas frituras por favor—dijo y se hizo un ovillo en el sillón.

—Bien, ya vuelvo—regreso, acaricio el cabello del menor y tomo sus llaves y cartera, Kouyou sintió como su corazón se aceleraba ante ese sutil toque.

Apenas Akira se fue, se levantó y comenzó a golpearse contra la pared cerca de la puerta.

—Esto no puede estar pasando, esto no es posible, no puede ser, no soy gay, no soy gay, Akira no me gusta, no, no, no…—decía rápido y por cada cosa se daba un golpe.

Se la paso así al menos unos 20 minutos hasta que llego el rubio.

— ¿Qué mierda estas asiendo? —dijo poniendo su mano para evitar que se diera otro golpe.

—Akira…

—Mira nada más como te dejaste la frente—lo regaño, tomo su mano y lo llevo a la cocina, dejo las frituras y el helado, de ahí se fueron al baño y lo sentó en el retrete, saco el algodón, el alcohol y una pomada, limpio su frente con el alcohol y le aplico la pomada— ¿En que estabas pensando?

—Lo siento…—dijo bajando la mirada, Akira estaba muy cerca.

— ¿Qué pasa Shima?

—Nada…

—Mirame a los ojos si quieres que te crea—sonrió.

Kouyou entonces alzo la vista, tenerlo asi de cerca lo estaba poniendo nervioso, sintió como el calor poco a poco se apoderaba de su rostro, Akira pudo notarlo, acaricio su barbilla, casi rosando su labio inferior.

El mayor se acercó solo un poquito más logrando que Kouyou contuviera la respiración y entrecerrara los ojos, entreabriendo muy poco sus labios a la espera de algo…

El rubio se acercó lo suficiente para unir sus labios en un roce muy suave, Kouyou soltó un jadeo sorprendido, termino por cerrar los ojos y ese fue el momento en que Akira aprovecho para profundizar el beso.

Las manos de Kouyou fueron directas a los hombros de Akira, apretando con fuerza su ropa a medida que correspondía e intensificaba el beso, jadeo de nuevo cuando sintió las manos del rubio pasar directo a la piel de su cintura.

—A-Aki…Mmnh—intento hablar, pero el nivel del beso ya era tan sensual e íntimo que se dejó llevar por él, jamás lo habían besado asi, con tanta paciencia, con tanto amor… ¿amor?

—Vamos a la cama…—susurro sobre sus labios y Kouyou sintió un escalofrió.

Lo levanto del retrete, saco algo del cajón del tocador que honestamente no alcanzo a ver por distraído-además de que se lo metió en la bolsa trasera del pantalón-, tomo su mano y lo jalo con él hasta la habitación, Kouyou aún se sentía demasiado impactado como para tratar de detenerlo o decirle algo. Solo reacciono cuando sintió su espalda chocar con el colchón y los labios de Akira succionar la sensible piel de su cuello, dejando maras seguramente.

—A-Akira…espera, para—tomo sus hombros y los separo logrando que el rubio lo mirar a los ojos, podía ver el deseo en sus pupilas dilatas e inmediatamente sintió miedo, él nunca había estado con un hombre y se notaba que el rubio tenía todas las intenciones de ser activo.

—Se que es raro para ti—acaricio su rostro—pero estoy seguro que lo necesitas tanto como yo.

— ¿Duele? —pregunto con voz suave, muy inseguro, sabía que el rubio tenía razón, sus pensamientos acerca de su mejor amigo cada día empeoraban, ahora el que tenía las erecciones era él y no era para nada bonito.

—Solo si te tensas demasiado—beso sus labios de nuevo, Kouyou llevo las manos a su rostro, acariciando sus mejillas.

Esto se sentía tan raro, que un hombre lo besara y se sintiera tan natural, tan bien, que ese hombre fuera su mejor amigo, le producía cosquillas en todo el cuerpo, tal vez por la emoción, tal vez por los nervios, incluso podía ser miedo o una combinación de las tres.

No lo sabía, simplemente se sentía demasiado extraño.

—Tu solo relajate—hablo con sensualidad directo en su odio—yo me encargare de todo.

—Tengo miedo—confeso apenado, en toda su amistad Kouyou siempre había sufrido acoso, a pesar de que Akira lo defendía, cuando creció juro no volver dejarse intimidar y sentir temor, pero ahora todo estaba siendo diferente…

—No te preocupes—beso su cuello—sabes que yo siempre te cuido.

Lo sabía, y por eso le aterraba.

Tenía miedo porque sabía que Akira lo trataría con cuidado, sabía que no lo lastimaría y que se esforzaría por hacerlo disfrutar desde el inicio, y eso era lo que le daba miedo…

Que terminara gustándole más de lo debido, que terminara arruinando su amistad con su mejor amigo y que al final todo se fuera al carajo por una maldita calentura todo porque no aprendió a dormir espalda con espalda.

Sus pensamientos fueron interrumpidos directamente por un gemido salido de su propia boca, su vista se dirigió hacia abajo donde Akira ya se estaba encargando de darle por mucho la mejor mamada que le habían dado en la vida.

Una mano cubrió su boca mientras que la otra se dirigía al cabello rubio de su mejor amigo, jalándolo un poco para incitarlo a detenerse, si seguía asi se correría ahora al estar más consciente y no perdido en sus pensamientos.

—Akira… ah, mierda, no Akira…—incluso si el sonido moría contra la palma de su mano, el rubio logro escucharlo bien, todo estaba tan silencioso debido a la falta de ruido en la calle que podía escuchar claramente incluso si estaba cubriendo su boca.

Por su tono, se escuchaba a punto de venirse, asi que chupo con más fuerza, masajeando sus testículos, con esto solo consiguió que Kouyou jalara más su cabello, arquera la espalda y se corriera soltando un gemido demasiado encantador para sus oídos.

Lo saco de su boca con cuidado, escupió el esperma con saliva en su mano y lo uso para comenzar a masturbarlo de nuevo, Kouyou tembló y se llevó ambas manos al rostro para cubrirse, soltó un quejido ante la sensación, estaba muy sensible.

—Eres adorable cuando te lo propones ¿sabías? —se burló un poco.

—Cierra la boca—exigió aun con el rostro cubierto, sentía tanta vergüenza, pero se había sentido tan bien…

— ¿Estas debatiendo internamente? —pregunto sin dejar de tocarlo lo que le estaba sacando pequeños jadeos y gemidos a Kouyou, el menor se tensó y tomo una almohada para cubrirse la cara—Si lo estás haciendo es normal, los heteros siempre hacen eso después de que sienten lo que un hombre les puede dar.

—Lo dices como su lo hubieras visto antes—hablo contra la almohada.

—No eres el primero con el que me acuesto, te recuerdo que me destape a los 20 y conociste a mis primeros novios, recuerdo que te ensañaste mucho con el tercero.

—No me lo recuerdes, odiaba a ese m-ma-maldito—se mordió os labios y apretó más la almohada contra su rostro, sentía que se correría de nuevo y todo por la forma en que Akira lo estaba masturbando.

—Lo sé, era un imbécil—se burló—pero era el primer novio con él que llevaba 1 año y lo adoraba.

—A-Ah, mierda, Mmnh, Akira—gimió de nuevo cuando le llego el orgasmo, el rubio le quito la almohada para poder ver esa cara sonrojada, Kouyou se abrazó a su cuello cuando lo tuvo cerca, apoyando su frente en la del mayor y cerrando los ojos al sentir como su cuerpo se relajaba poco a poco después de la tensión que le daba el orgasmo.

—En serio, te vez malditamente hermoso ahora—dejo besos en su frente y mejillas, quería comérselo a besos.

—Aki…—dijo sintiéndose débil y expuesto, el rubio beso sus labios con mimo al mismo tiempo que bajaba más los pantalones de pelinegro.

— ¿Te sientes preparado para lo que viene? —sonrió sobre sus labios, Kouyou de verdad se veía hermoso con la cara roja, los labios brillosos e hinchados de tanto morderlos, aun temblando por los recientes orgasmos, todo él era precioso a los ojos de Akira.

—Akira…con tu primer novio ¿fuiste activo o pasivo? —pregunto con voz baja, estaban lo suficientemente cerca como para que lo escuchara, asi que no se molestó en hablar alto, se sentía muy debilitado por todo lo que acababa de pasar.

—Pasivo—se alejó para poder quitarle bien el pantalón y bóxer, dejándolos caer a un lado de la cama—el me enseño mucho de lo que se, asi que tienes que agradecerle a él que este siendo tan delicado contigo—sonrió y se acercó de nuevo, dejo un beso en su mejilla y Kouyou volvió a abrazarse a él, a si se sentía más seguro sin saber por qué.

—Entonces... ¿estuviste justo como estoy ahora?

—Si—dejo un par de besos en su cabeza y tiernas caricias en sus costados y muslos, sabía que Kouyou se sentía nervioso, asi que lo dejaría hablar.

— ¿Y también tuviste miedo?

—Estaba aterrado—una de sus manos subió para acariciar su cabello y dejar un beso en su frente—Pero no me paso nada, él fue muy atento conmigo, me espero el tiempo que necesité hasta que estuve listo.

Kouyou mantenía los ojos cerrados mientras lo escuchaba, tenía las manos aferradas a su ropa y trataba de mantenerlo lo suficientemente cerca sin que llegara a aplastarlo, había una necesidad de cercanía que no sabía porque tenía en ese momento.

—Akira…

— ¿Dime? —pregunto sin detener sus tiernas caricias.

—Creo que estoy listo.

— ¿Seguro? —lo miro con todo el amor que solo él le podía dar, Kouyou asintió y se acercó lo suficiente para que Akira lo besara, y por supuesto que lo hizo.

Lo beso como hace tanto había querido besarlo, lo beso con todo el amor que sentía por él y Kouyou se dio cuenta de ello, porque no era un beso lujurioso, era uno que le demostraba muchas cosas, demasiadas, tantas que se sintió lleno de emociones diferentes que no supo manejar.

Akira pudo sentir las lágrimas en las mejillas del menor, se apresuró a limpiarlas al mismo tiempo que se separaba, dejo un beso en su frente y sonrió para él.

— ¿Por qué lloras?

—L-Lo siento, es que yo… no sé cómo manejar esto—sollozo—nunca nadie me había besado asi…nadie me había hecho sentir asi y yo…n-no sé cómo manejarlo.

—Ay Shima—sonrió con ternura y lo acerco para besarlo de nuevo, pero no solo en los labios, sino en todo el rostro, a Kouyou le fastidiaba que lo trataran con tanta ternura, pero justo ahora todos esos besos le estaban calmando y llenando el corazón de calidez.

Kouyou sonrió sin poder evitarlo, tomo su rostro para detenerlo y asi poder besarlo de nuevo de esa manera tan sensual pero amorosa con al que lo había besado al principio de todo, esa que demostraba que no solo lo amaba, sino también lo mucho que lo deseaba.

Fue entonces que Akira entendió que Kouyou de verdad quería seguir, asi que se apresuró a pasear sus manos por todo ese divino cuerpo y a besarlo con más pasión que antes, debía de acelerar un poco las cosas, Kouyou estaba semidesnudo con dos orgasmos de adelanto y el seguía vestido y con el pene duro.

Se separo de el de nuevo solo para poder quitarle lo que le faltaba de la ropa y comenzar a desnudarse el, Kouyou observo con deleite esos músculos expuestos y se mordió el labio solo por el mero gusto, paso una mano por sus abdominales apenas se terminó de quitar la camiseta que traía puesta.

Akira volvió a acercarse para besarlo, sacando del bolsillo trasero de su pantalón un frasquito de lubricante, bajo sus besos por su cuello hasta llegar a su pecho y comenzar a morder y chupar uno de sus pezones, Kouyou cubrió su boca al mismo tiempo que temblaba, odiaba mucho que Akira conociera todo de él, incluso sus puntos débiles y más sensibles, cerro los ojos y gimió más fuerte cuando sintió la otra mano del rubio pellizcar su pezón desatendido.

— ¿Listo para lo que viene? —lo miro a los ojos y sonrío tomando una de sus piernas por el muslo para separarlas.

Kouyou se tensó, sintiendo los nervios por todo su cuerpo, su rostro enrojeció de nuevo, confiaba en Akira, pero le estaba entrando una vergüenza horrible, el rubio pudo notarlo asi que se acercó para dejar un beso en la frente.

—Vamos a hacer algo—dijo y ayudo a Kouyou a sentarse en la cama, gateo para colocarse detrás de él y poder abrazarlo—apoyate en mí y abre las piernas—dejo un beso en su hombro y Kouyou sintió aún más vergüenza que antes, aunque bueno, ya no lo estaba mirando y eso lo hacía sentir menos nervioso.

El pelinegro se dejó resbalar un poco por el para poder acomodarse y abrir las piernas, Akira llevo y mano directo a su miembro, lo acaricio un poco y Kouyou giro el rostro, tratando de esconderse en su pecho, el mismo tiempo que sus manos se aferraban a los muslos del rubio para poder sostenerse, entonces el rubio bajo más la mano, comenzando a acariciar más con mucho cuidalo su entrada.

El respingo que dio Kouyou solo hizo reír a Akira, dejo un beso en su cabeza.

—No estés nervioso, iré despacio—la mano libre del rubio fue a una de las piernas de Kouyou para tomarla por detrás de la rodilla y acercarla, dejando su entrada con un mejor acceso—toma el lubricante—pidió sin dejar besos en su cabeza.

Kouyou estiro su mano hasta donde el lubricante estaba en la cama, trato de dárselo a Akira, pero el rubio negó.

—Ábrelo y ponlo tú, aquí donde estoy tocando—dijo ejerciendo un poco más de presión en su entrada provocando un pequeño quejido en Kouyou.

El menor lo miro desde abajo con pánico y vergüenza, después regreso su vista al botecito y lo abrió. Con la mano temblorosa, dejo caer el líquido y este resbalo hasta donde la mano de Akira estaba.

—Esta frio—se quejó.

—No esta frio, tu estas muy caliente.

El menor gimió fuerte cuando sintió uno de los dedos de Akira adentrarse en él, aferro de nuevo sus amanosa las piernas de rubio, encogiéndose por el dolor, Akira se acercó y comenzó a dejar besos detrás de sus orejas, mordiéndolas también.

—Respira lento—hablo suave, apegándolo más, dejando besos en su cabeza y tratando de calmarlo.

—M-Mierda, du-duele Aki—dijo apenas con el aliento suficiente.

—Respira lento, lo estás haciendo bien—soltó su muslo para poder tomar su miembro y seguir masturbándolo.

— ¡Ah! —sintió una corriente eléctrica recorrer su espina, si, le dolía como los mil demonios, pero ese dedo estaba presionando algo dentro de él que le estaba haciendo ver estrellitas y el hecho de que Akira volviera a activar la masturbación le estaba nublando la vista.

La combinación de placer y dolor lo estaba volviendo loco.

El segundo dedo entro fácilmente debido al lubricante, Kouyou grito, encogiéndose aún más en sí, permitiéndole a Akira besar su nuca, morderla un poco, el pelinegro soltó una especie de jadeo-quejido al momento de correrse.

— ¿Estas bien?

—Mmnh…—ni siquiera podía hablar, había sido un golpe orgásmico muy extraño y fuerte para él, jamás se había corrido de esa manera, y lo peor, es que apenas empezaban.

Akira aprovecho ese pequeño momento de vulnerabilidad para meter un tercer dedo que hizo a Kouyou gritar, ahora si estaba doliendo demasiado.

— ¡A-Akira, mierda! ¡Duele!

—Pronto pasara bebé, tengo que prepararte bien.

Y ahí Kouyou hizo corto circuito.

Se dejo vencer por el rubio, cerro los ojos y se apegó lo más que pudo a su cuerpo, esa simple palabra dicha con tanta calma y sensualidad hicieron estragos en su cerebro y corazón.

Akira toma el rostro del menor y lo gira un poco para poder besarlo, Akira corresponde, llevando una de sus manos a su cuello, enterrándole un poco las uñas cada que sentía ligeras punzadas por el movimiento de sus dedos, buscando dilatarlo lo mejor posible, varios gemidos se ahogaron la boca ajena.

—Ya es momento, Shima.

Lo alejo de el para dejarlo recostado en la cama, acomodándolo entre las almohadas para hacerlo sentir cómodo, beso sus labios, acariciando su cuerpo, haciéndolo sentir querido, deseado, amado…

—Eres tan hermoso... —se acercó y beso su mejilla caliente debido a la vergüenza y emoción que le habían causado esas palabras—¿Estas listo? —solo lo miro asentir.

Se bajo un poco más los pantalones junto con su bóxer, liberando su miembro, le coloco el lubricante que quedaba en el botecito y se adentró en el poco a poco, Kouyou cubrió su boca con una mano ahogando el gemido y con su brazo se cubrió los ojos, no quería que lo viera llorar.

Una vez completamente dentro de él jadeo, había contenido la respiración sin saber por qué, Kouyou estaba demasiado apretado y eso lo estaba poniendo ansioso, quería moverse, pero no podía, no aun, se inclinó un poco para poder ver el rostro de Kouyou, pero el menor se lo impidió girando el rostro y aun cubriendo su boca y ojos.

— ¿E-Estas bien?

—Yo…no—jadeo por la falta de aire, no podía respirar por la congestión y tenía la boca cubierta por su mano—...solo—sorbio su nariz—no me veas

—Pero quiero verte—sonrió.

— ¡No!

Akira hizo un movimiento pélvico y logró hacerlo gemir, pero no logro que se quitara las manos de la cara, asi que volvió a hacerlo y solo logro que se quitara la mano de la boca porque ya no podía respirar.

Aprovecho para acercarse y poder dejar un beso en su barbilla, Kouyou quito las manos de su rostro para abrazarlo y esconderse en su pecho, no quería que lo viera, le daba vergüenza.

— ¿Por qué no quieres que te vea? —pregunto comenzando a moverse muy poco, aunque quisiera moverse con desespero no podía, Kouyou no estaba listo todavía.

—No quiero q-que me veas—se aferró con fuera a su cuerpo, una mano bien sujeta al rubio cabello y la otra a su espalda, enterrándole las uñas, aun se sentía muy tenso, seguía llorando y le costaba respirar, aun asi, no despego el rostro de su cuello porque no quería que lo viera.

—Pero de verdad quiero verte—dejo varios besos en la piel que tenía a su alcance.

—No...solo, solo muévete ya…

Y asi lo hizo.

Movimientos pélvicos lentos como si estuviera bailando sensualmente para él, Kouyou se mantuvo todo el tiempo escondido en su cuello, aun dolía, pero se sentía increíble, de nuevo, era una combinación perfecta entre el dolor y el placer.

Aunque aun se sentía demasiado extraño y avergonzado por el hecho de que estuviera sintiendo placer a causa de que un hombre-específicamente su mejor amigo de toda la vida- le estuviera dando por el culo.

Después de 7 minutos de tortura psicológica autoinfligida su mente se desconectó y se dejó llevar por el delicioso movimiento del rubio, ya no era despacio, ahora iba a un ritmo constante y más fuerte.

Se sorprendió de escucharse a si mismo gemir contra la piel del cuello de Akira, se sorprendió también de sentir como se aferraba al rubio, de sentir como le enterraba las uñas en la piel y de como jalaba su cabello solo de lo bien que se sentía.

Una embestida acertada fue lo que hizo que Kouyou se separara de Akira para curvear su columna y gemir fuerte, Akira pudo ver su rostro y deleitarse con esa hermosa imagen, algunos mechones de cabello se habían pegado a su rostro por el sudor, y las lágrimas que aun seguían saliendo de sus ojos, el color rojizo en sus mejillas y labios lo hacia ver adorable y demasiado tentador.

Era tan perfecto que dolía el solo mirarlo.

— ¿Es aquí entonces? —pregunto llamando la atención del menor que aun seguía en una especie se shock orgásmico porque se había quedado quieto—me moveré entonces.

Y sin esperar respuesta, tomo las piernas de Kouyou por los muslos, moviéndolos hacia adelante hasta que Kouyou tuviera las rodillas cerca de la cara y arremetió con fuerza.

Los casi gritos del menor por el súbito cambio de fuerza fueron como música para los oídos del rubio, continuo moviéndose asi solo para poder seguir viendo todas las expresiones y reacciones en el cuerpo de Kouyou, podía notar lo desesperado que se sentía al aferrarse asi de fuerte en la almohada y cobijas, su cuerpo estaba tenso debido a la posición pero también al placer que estaba sintiendo en ese momento, se podía ver que le faltaba el aire pero sabia que no era asi debido a los gemidos tan fuertes que estaba dando.

Soltó una de sus piernas solo para poder dirigir su mano al miembro del menor y masturbarlo, Kouyou grito de nuevo y lloro al sentir todo tan intenso y al mismo tiempo, Akira pudo verlo, sus pupilas se dilataron para después desaparecer al poner los ojos en blanco y soltar un grito mas ronco que los anteriores al mismo tiempo que se corría.

Pero Akira estaba lejos de acabar.

Entendía que Kouyou se estuviera corriendo rápido debido a que todo esto era nuevo para él, más placentero e intenso que otras veces, y le alegraba mucho que estuviera disfrutando tanto pero el no se había corrido ni una sola vez y también quería disfrutar.

Empezó a salir de el con cuidado ganándose una mirada confusa, Kouyou estiro los brazos para que lo abrazara y Akira no se pudo negar, volviendo a adentrarse, un suave gemido salió de sus labios, chocando con los de Akira.

—Dame más…—pidió sobre sus labios para después besarlo, el rubio correspondió, sonriendo en medio de ese beso tan gentil y débil.

—Dejame ir y te lo cumpliré. —pidió dejando un beso más en sus labios.

Kouyou lo soltó no muy seguro, Akira pudo apartarse y voltearlo en la cama, el pelinegro entendió enseguida asi que dejo su pecho en el colchón y alzo su trasero, separado lo suficiente las piernas para que Akira se acomodara detrás de el y tuviera el espacio suficiente para posicionarse.

Akira se mordió el labio ante la imagen mas sexy que había visto hasta ahora. Acaricio sus glúteos, primero suave, después los apretó logrando sacarle un gemido al menor, los separo para poder esturar ese anillo de carne dilatado que lo esperaba ansioso, se levantó en sus rodillas y lo penetro de nuevo sin esperar, logrando un gemido casi agudo de parte de Kouyou por la inesperada intromisión.

Golpeo uno de sus glúteos y solo logro que el menor se abrazara a una almohada para evitar soltar mas ruidos vergonzosos, decidió que dejaría de molestarlo, asi que afirmo sus manos a las caderas del menor, rozando los huesos de su pelvis y empezó con movimientos duros, fuertes y constantes.

La mente de Kouyou se perdió en el placer, su razonamiento ya no estaba, ahora solo gemía fuerte, apretaba las cobijas y movía las caderas al ritmo que Akira marcaba porque no podía creer todo el placer que le estaba dando un hombre.

Estaba en el paraíso., y ahora se lamentaba porque se había perdido desde hace mucho de tan gloriosa experiencia solo por miedo.

Los movimientos se fueron volviendo mas violentos y erráticos, Kouyou presentía que Akira estaba por llegar, giro un poco su rostro para verlo y el corazón s ele acelero al ver esa cara deformada por el placer en una mueca demasiado sexy que no había notado antes.

Sintió la penetración mas profunda cunado se inclino para quedar cerca de él, cerro los ojos, pero los abrió de nuevo al sentir un beso en su hombro y después ligeras mordidas en su oreja.

Dos palabras fue lo que escucho y con eso todo su sistema colapso.

“Te amo”

El orgasmo les llego a ambos después de un rato de movimiento intenso, Kouyou pudo sentir el liquido caliente derramarse en su interior, cerro los ojos y apenas Akira se retro de él, se dejó caer por completo en la cama, Akira termino sentado, contemplando el cuerpo del menor.

Se acerco de nuevo, dejando un ligero camino de besos desde el principio de su columna hasta la base de su nuca, lo vio querer girarse asi que lo ayudo.

—Tengo que limpiarte.

—Mmm…

El rubio se acomodo la ropa y jalo a Kouyou por la cama hasta lograr dejarlo en la orilla, solo asi lo acomodo para poder cargarlo al estilo “princesa con final feliz”, el menor apoyo su cabeza en el hombro de Akira y llevando una de sus manos al otro para abrazarlo.

— ¿Te sientes mal? —pregunto pateando la puerta del baño para abrirla.

Pero Kouyou no respondió, solo se escondió más en su cuello.

Lo dejo sentado en la tina agradeciendo que era rectangular dejando espacio suficiente para los dos e incluso para que se sentara en los bordes, Kouyou tenía un gusto por lo tradicional que por las nuevas modas occidentales que llegaron, se quitó lo que le quedaba de ropa y entro para empezar a entibiar el agua en la regadera, apenas la sintió a una temperatura adecuada, se dejó mojar rápido para poder atender a Kouyou.

Remojo su cabello con la ducha individual, tomo el shampoo y lo lavo con cuidado, el menor mantenía sus ojos entrecerrados denotando su sueño.

— ¿Cómo te sientes Shima?

—Estoy bien…—hablo con voz débil, Akira podía notar lo cansado que estaba aun cuando no lo admitiera.

—No te preocupes, apenas terminemos te daré un analgésico y podrás dormir.

—Mmm…

—Cierra los ojos, voy a enjuagarte—Akira se levanto para tomar de nuevo la regadera individual, pero término sentado en uno de los bordes mas anchos de la tina. —¿Shima?

Pero el menor no dijo nada, aun con el cabello enjabonado, se acomodó entre las piernas de Akira y tomo su miembro semi erecto.

—Me hiciste venir tantas veces—dijo mientras comenzaba a masturbarlo—y tu solo lo hiciste una, no es justo.

—Shima, no tienes por qué—el sonrojo en su rostro se hizo notorio al sentir la lengua de su mejor amigo acariciar la punta de su pene—de verdad…

—Pero quiero hacerlo—lo miro— ¿no puedo?

Akira se sonrojo aun mas al ver su cara, tomo la regadera individual y comenzó a enjugar su cabello, haciéndolo que cerrara los ojos.

—Te molestara si te dejo hacerlo asi, deja que enjuague tu cabello primero.

Kouyou asintió, se dejo enjuagar, pero sin detener el movimiento de su mano, Akira masajeo su cabello para quitar toda la espuma, jadeaba suave de vez en cuando por lo que Kouyou necesitaba que terminara de enjuagarlo, quería ver su cara.

Apenas dejo de sentir el agua, abrió los ojos, movió más rápido su mano y sonrió al ver como la cara de Akira cambiaba por el placer.

—Nunca lo he hecho asi que, si lo hago mal, corrígeme—y después de decir eso se lo metió a la boca, logrando sacar un gemido grave de su garganta, siguió avanzando hasta que sintió la arcada, se apoyó en las piernas del mayor al sentir las manos de Akira tomar su cabeza y empujarlo más.

— ¡Mmnh! —sus ojos lagrimearon, las arcadas solo hacían que masajeara el miembro del mayor al contraerse su garganta, y sabia que lo estaba disfrutando, pero si seguía asi seguro vomitaría.

—Mierda, mierda, mierda—gimió y comenzó a mover la cabeza Kouyou al ritmo que quería, el hecho de que el menor pudiera meterlo sin problema hasta la garganta lo había sorprendido, podía sentir las uñas de Kouyou enterrándose en sus piernas, pero también podía sentir sus gemidos pegando directo en su pene, dándole un estímulo más por la vibración.

Se corrió sin poder evitarlo, todo estaba siendo demasiado estimulante, apoyo su cuerpo en los azulejos, dejando la cabeza de Kouyou libre, el menor se sentó en el suelo y tosió, logro escupir un poco, pero la mayoría se lo había tragado.

— ¿E-Estas…bien? —pregunto jadeando.

—Oh dios mío, me lo trague, me lo trague, me lo trague, oh dios, me lo trague. —repitió con una mano en su cuello y la otra en su frente, sin duda, traumado.

—Oye tranquilo—se bajo para poder sentarse junto a el en el suelo de la tina, puso el tapón y abrió las llaves para comenzar a llenarla, acaricio su rostro y le sonrió, Kouyou aun lo veía mortificado—No te pasara nada malo.

— ¿Seguro?

—Si te sirve de consuelo, yo también me asuste la primera vez que me lo trague, me mortifique por días, pero luego investigue y no pasa nada.

—No, no me sirve de consuelo—hizo un puchero.

—Tengo que limpiarte, asi podrás descansar mejor.

— ¿Limpiarme? —pregunto con duda, mirando como Akira cerraba las llaves para que el agua no se desbordara.

—Me vine dentro de ti, y creeme, no es muy cómodo tener semen en el culo después del sexo—se burlo de la cara de pánico que el menor tenía justo ahora—no te hace daño, pero es incómodo.

— ¿Cada cosa que digas me va a seguir traumando asi?

—Lo siento—se rio y acaricio su rostro—date vuelta.

Kouyou suspiro aun aturdido por tanta información nueva, ser gay era mas complicado de lo que creyó. Se dio la vuelta, Akira lo atrajo a su cuerpo, dejo un beso en su hombro, lo tomo como al principio, ambas piernas separadas y apoyado en su cuerpo, la mano de Akira se fue directo a su entra ya sin miedo y metió sus dedos, mucho más profundo que antes, Kouyou gimió y se aferro a los brazos del rubio, cerro los ojos y se mordió los labios, aun estaba sensible y ahora se sentía mas raro porque estaba ocurriendo todo bajo el agua.

—Pasara rápido, tranquilo—dejo un beso en su cien y continuo.

Fueron unos 4 minutos de tortura psicológica pensando en todo tipo de cosas horribles para evitar que una erección apareciera, estaba muy sensible y que Akira siguiera tocándolo justo ahí lograría reacciones en su cuerpo que, aunque disfrutaba ahora, ya no quería; estaba demasiado cansado para seguir.

Cuando todo termino, Akira se secó rápido para después ayudar a Kouyou a salir y secarlo, apenas termino lo cargo de nuevo, haciéndolo sonrojarse de la vergüenza.

Lo dejo sentado en la cama, fue al armario, miro de su lado y saco un pantalón flojo que se colocó rápido-sí, sin ropa interior debajo-y se apresuro a sacar algo de las cosas de Kouyou para vestirlo, una playera blanca ancha, unos boxers cómodos y un pantalones de pijama, lo vistió con todo el amor y paciencia del mundo, seco su cabello también, des tendió la cama, tirando la cobija, lo acomodo en la cama y dejo un beso en su mejilla.

—Voy a buscar la medicina, ya vengo. —se alejó, pero Kouyou lo tomo del brazo.

—No te vayas—pidió con pena—no me dejes solo…por favor.

Akira sonrió y se recostó a su lado, era entendible que sintiera miedo, aun no estaba acostumbrado a esto, todo era nuevo para él. Se recostó a su lado, Kouyou se acercó tímido para que lo abrazara, el rubio no tuvo ningún problema, lo apego a su cuerpo y comenzó a peinar su cabello para tratar de relajarlo.

—Mañana tomaras la pastilla.

— ¿Me dolerá mucho?

—No te voy a mentir, si te va a doler, ahorita por el baño tus músculos se relajaron y puede que aun tengas la adrenalina muy alta, todo esto es nuevo y estas nervioso, lo entiendo, pero mañana apenas despiertes te dolerá el trasero.

Kouyou ya no dijo nada, se escondió en su cuello, aferrándose a su cintura, su piel era cálida y le proporcionaba el calor necesario, aunque no hubiera cobija, probablemente tendría razón, mañana todo se tornaría diferente a como las cosas estaban ahora.

D Í A 31

Kouyou despertó por el dolor en el cuerpo, soltó varios quejidos solo por el malestar que sentía en todo el cuerpo. Movió su mano para sentir si Akira aún estaba a su lado, peor estaba solo.

— ¿Akira?

—Estoy aquí—dijo llegando con un plato de cereal con fruta y semillas, jugo de naranja y las pastillas—tienes que comer primero para que pueda darte el medicamento.

—Si está bien—se trató de acomodar en la cama, pero todo le dolía asi que se quedó recostado, Akira dejo todo en la mesita de noche y lo ayudo a sentarse a pesar de los quejidos, le dio la comida y Kouyou comenzó a comer despacio.

—Le iba a poner yogurt, pero dado a lo que paso ayer creí que era mejor que lo comieras solo.

—Sabia elección, hubiera vomitado…—siguió comiendo.

— ¿Qué tanto te duele del 1 al 10? Para saber cuantas pastillas darte, asi que no exageres.

—10… hubiera dicho 2 pero me dijiste que no exagerara—se encogió de hombros y termino de comer, tomo el jugo y dio un par de sorbos, Akira entonces tomo las pastillas y le dio dos.

—Tomalas y duerme un poco más ¿bien? —el menor asintió, tomo las pastillas y se las paso con lo que le quedaba de jugo, lo ayudo a acomodarse de nuevo en la cama.

— ¿Qué hora es?

—La una ¿Quieres que prepare algo?

—Mejor pide a domicilio—suspiro y cerro los ojos—Eres un peligro en la cocina, lo único que sabes hacer bien es el ramen y no me siento bien como para cocinar yo.

—Está bien—se rio— ¿Necesitas algo más?

—Que te quedes conmigo…—pidió dándole la espalda, no se atrevía a decirle las cosas de frente, aun le daba demasiada vergüenza.

—Puedo hacer eso—se recostó a su lado y lo abrazo, dejando un beso en su nuca, acelerando más el corazón del pelinegro.

Kouyou estaba casi seguro que el rubio tenía la idea de que no había escuchado su confesión, pero estaba equivocado, la había escuchado muy claramente, digo, consiguió un orgasmo gracias a esas palabras.

Seria muy precipitado decirle que el también cuando apenas se había comenzado a aventurar en el mundo gay, si, adoraba al rubio, era su mejor amigo, le tenia mucha confianza y cariño, pero estaba muy lejos de amarlo…

D Í A 47

Kouyou miraba dormir al rubio, había ido a comprar para reponer las cosas de la despensa y al regresar lo encontró dormido, le había dado muchas vueltas en los últimos días con respecto a sus sentimientos, Akira no lo presionaba, seguían actuando como si nada, pero ahora ya no podían dormir dándose la espalda, si o si, tenían que estar o muy juntos, abrazados o durmiendo de cucharita.

Y eso en definitiva no lo hacían los mejores amigos, ya no.

Y que decir de esos besos que se llegaban a robar en las mañanas, Akira creía que no se daba cuenta, pero cuando el rubio despertaba primero le daba un suave beso en los labios antes de levantarse, a veces también pasaba al revés y si, él también lo besaba.

Incluso, a veces pasaban muchas mas cosas que solo besos…mucho más.

Y eso ya no era “de amigos”.

Puede que, si lo quisiera más de lo que debía, pero sabia que un “te amo” era demasiado grande para soltarlo a la ligera, ahora ya se daba cuenta, Akira lo dijo porque llevaba muchos años sintiéndolo de verdad, no quería ser hipócrita e ilusionarlo diciéndole lo mismo cuando no estaba seguro de sus sentimientos, pero quería que supiera que ya no era solo su mejor amigo, ya iba a un escalón más arriba que solo su mejor amigo.

Se acerco con cautela y dejo un beso sobre sus labios, aprovechando que estaba acostado boca arriba, se sorprendió, incluso se asunto, cuando sintió las manos del rubio tomar su rostro para no dejarlo ir, el beso se volvió mas que solo un rose de labios, termino sentándose en la cama para tener mayor comodidad mientras se besaban.

—Hola—dijo con voz ronca y aun sobre sus labios.

—Hola…—sintió el rubor aparecer en su rostro.

—Debemos hablar ¿no crees?

Kouyou asintió y se recostó a su lado, Akira se acerco lo suficiente para poder tener su frente unida a la del menor, el pelinegro sonrió aun con ese ligero sonrojo, no estaba acostumbrado a este tipo de cosas.

—Creo que ya sabes como me siento por ti ¿verdad?

—Me amas…

—Desde los 15 años—sonrió al ver su sorpresa—nunca lo dije, tu nunca diste señales de que te gustaran los hombres, aunque aceptaste bien mi homosexualidad y eso te lo agradezco, fuiste un gran apoyo.

—Siempre has sido importante para mí, no podía dejarte solo, menos cuando más me necesitabas…

— ¿Qué hay de ti Shima? ¿Qué sientes por mí?

—Te quiero demasiado y lo sabes—tomo una de sus manos—pero no estoy listo para decir un “te amo” aun, siento que son palabras que no corresponden cuando apenas me di cuenta hace un par de semanas de cómo me sentía respecto a ti.

—Lo entiendo…

—No te estoy rechazando ni mucho menos—sonrió—mis sentimientos por ti son sinceros, y correspondo los tuyos, solo que un temo es para “ligas mayores”, yo apenas me di cuenta de como me siento, tu estabas seguro desde los 15 años… tenme paciencia.

—Asi como va la cuarentena, tengo muchísimo tiempo para esperarte—sonrío.

—Enamorame cada día Akira, enamorame hasta que sea capaz de decirte te amo…—pidió acercándose para besarlo.

—Ten por seguro que lo hare.

El beso fue dado.

La promesa fu hecha.

Solo el tiempo dirá si realmente podría cumplirse.

D Í A 71

Akira había salido a comprar el desayuno, dejo durmiendo a Kouyou debido a que la noche anterior se habían puesto un poco salvajes y lo mas probable es que no hubiera podido caminar de haberlo querido.

Fue a una panadería, tuvo que hacer fila para entrar, ya que era una sola persona a la vez, cuando fue su turno, compro diferentes panes, los favoritos de Kouyou y los suyos, también llevo un pequeño paste, de ahí se fue de regreso al departamento, limpio todo y fue a la cocina a preparar café.

Regreso a la habitación, notando que seguía durmiendo, sonrió y regreso para terminar de acomodar todo en una de las bandejas de madera que a veces ocupaban en la cama para apoyar sus computadoras y trabajar sin levantarse.

Apenas sirvió todo, saco del cajón unas pastillas para el dolor, camino a la habitación y dejo la bandeja en la mesita de noche, y se sentó a su lado, acaricio su cabello, apartándolo de su rostro y dejo un beso en su frente.

—Buenos días bebé—dejo un par de besitos mas y por fin consiguió movimiento.

—Mmm…—se quejó.

—Dijiste que querías pan de melón, asi que fui por él, levantate que ya te prepare el desayuno.

—Mmm ¿trajiste el medicamento? —hablo con voz adormilada aún.

—Si cariño, también lo traje.

—Mmm…ayudame a sentarme—estiro su brazo, sacándolo de la cobija, Akira lo tomo y paro su otra mano por la cintura del menor para poder sentarlo en medio de pequeños quejidos.

Comió con gusto el pan que Akira le había comprado junto con el café.

— ¿Había mucha gente?

—No, pero te hacen esperar, solo dejan entrar a un cliente a la vez.

—Mm ya…—se acabo su pan con el ultimo sorbo del café.

—Del 1 al 10 ¿Cuánto duele?

—6, ya me estoy acostumbrando a tu salvajismo—se burló.

—Ya era hora de que lo hicieras—le dio una pastilla y el vaso de agua, Kouyou los tomo, y también recibió gustoso el beso que el rubio le dio.

—Ya sabes, toma el medicamento y duerme un poco, me quedare contigo.

Kouyou metió la pastilla a su boca y se la paso con el agua, se recostó con cuidado en la cama y estiro sus brazos para que se le uniera.

Akira se acomodo a su lado, de frente a él, dejo un beso en su frente, y como siempre, empezó a peinar su cabello para arrullarlo, el menor suspiro con una sonrisa y se escondió en su cuello, respirando su colonia tan varonil.

—Akira…

— ¿Dime?

—Te amo…

El rubio dejo de acariciar su cabello solo por un instante para después continuar como siempre lo hacía, dejo un beso en su coronilla y sonrió.

—También te amo, Shima.

—Dormiré ahora—dejo un pequeño beso en su cuello y se volvió a acurrucar.

—Duerme bien, mi amor.

Fin.

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