Akira:
Hola, cariño.
¿Por qué no me respondes?
¿Estás enojado?
¡Hey! No he hecho nada para que te enfades conmigo.
¡Oye Uruhaa!
¡Takashima!
¡Estás en línea!
Hola, Akira. ¿Dónde demonios estás?
Estaba ocupado por eso no he contestado antes.
¡Shima! ¿Eh? ¿Teníamos una cita hoy?
¡Lo siento, lo he olvidado! Recién despierto.
¿¡Cómo que recién despiertas!?
Son las 17:25, y no, claro que no.
Estamos en el ensayo, hace siete horas estoy aquí, joder.
¡Lo chicos me preguntan por ti desde que he llegado!
Ya he hablado con el idiota de Takanori.
Oye, ven a casa.
Estoy trabajando, no puedo.
Diles que te surgió un problema, siempre me es de ayuda.
Justamente lo he usado hoy.
No les mentiré.
Me quedaré aquí y haré lo que tenga que hacer,
Por suerte estamos en hora de descanso.. tan solo cinco minutos.
Kai nos explota.
Vamos, Kou.
En verdad hay un problema aquí en mi casa y necesito de tu ayuda.
Kai es un maldito insoportable, obsesivo con los ensayos, en verdad que con solo verle el rostro me siento agotado. En otras palabras: Me harta.
¿Cómo a alguien le puede gustar tanto ensayar?
Ese hombre no es normal.
¿¡Qué ha sucedido!?
Algo duele en mí, joder. Mucho.
¿Has ido al médico?
¿Por qué no me lo has dicho antes, imbécil?
No necesito ningún doctor, ni ningún medicamento, solo a ti.
Tienes una erección, ¿Verdad?
Sí, de tanto pensar en tu apretado y delicioso culo.
Mierda, Akira.
Estoy en medio de un descanso..
¡Haces que me sonroje por tus tontos mensajes!
Quiero follarte.
Hemos follado ayer por la noche, aguanta hasta que esto acabe.
Quiero estar dentro de ti.
Basta, joder.
Imagino mi polla palpitando en tu interior.
¡Akira! deja de enviarme..
Mis pulgares quedaron tiesos en el aire, dejando de oprimir las letras en el teclado táctil. Una imagen invadió todo nuestro chat y al momento que presioné la fotografía para que se abriera completamente cubrió toda la pantalla del aparato.
Tragué saliva con algo de apuro y mi manzana de Adán subió y bajó por el pausado movimiento, sentía como mi piel calmadamente iba encendiéndose y tornándose caliente en mis pequeños pómulos, acumulando mi sangre en ellos. Mis labios vagamente se abrieron para dejar en el aire de aquel estudio un inocente jadeo desprevenido.
Aparté la vista de mi móvil para observar al frente, donde los tres miembros restantes de la banda me estaban estudiando con sus ojos desde el lugar donde descansaban y conversaban, los sillones. Las expresiones extrañas en sus rostros, solo me hacían comprender que me habían escuchado. Maldije internamente.
—¿Sucede algo, Uruha? —Preguntó Ruki con el ceño a medio fruncir, mirándome de arriba abajo.
—Y-Yo.. solo ha sido un calambre. —Los tres se miraron dudosos y luego se voltearon para continuar con su conversación acerca de redes sociales.
Maldije una y otra vez a Reita. Era un bastardo. Crucé mis piernas una por encima de la otra y tomé el borde de mi camiseta para ocultar mi abultada hombría, agradecí el haber escogido y traído una camiseta holgada el día de hoy. El culpable de esto era el idiota que me enviaba fotos de su cuerpo con la única intensión de excitarme y lamentablemente, lo conseguía.
Desbloqueé el celular ya que la pantalla había quedado a oscuras por el tiempo de inactividad, y la fotografía seguía intacta. Su enorme y dura polla aparecía frente a mis expectantes ojos que contemplaban cada uno de sus centímetros, cada porción de su sensible y brillante piel que me dejaban notar las gotas de su líquido pre-seminal en la punta de su hinchado glande y como su propia saliva estaba esparcida por el largo de su sonrosado tronco lubricándolo. Un fuego devorador corrió por mis venas al ver el contraste que ocasionaban los nuevos vellos nacientes en esa zona. El flash se había vuelto una de mis cosas favoritas, gracias a el podía ver hasta el mínimo detalle.
Apreté los dientes. Se masturbaba mientras me escribía. Era un maldito pervertido.
¿Ya te encuentras masturbando en los baños de la compañía?
¡Mándame una fotografía, no seas mezquino!
¡No me estoy masturbando!
Jadee frente a los chicos.. que vergüenza.
Woo.. ¿Mi polla logra hacerte gemir con solo verla? ¡Increíble!
Déjame adivinar.. te has puesto duro.
Mierda, sí..
Vamos, cariño. Ven a casa, diles que tus insoportables hermanas tuvieron un accidente.
Ojalá alguien me escuche (lea) y cumpla mis palabras.
¿Qué tienes contra mis hermanas?
Me acosan.
Ya recuerdo porque las odio.
Ven a casa, quiero follarte duramente.
Recojo mis cosas y estaré allí en unos quince minutos.
Mi polla te espera.
Visto 17:36 pm.√√
Descrucé mis piernas y al momento que mis pies tocaron el firme suelo, me impulsé para levantarme. Me giré hacía mi asiento al sentir la molesta erección entre mis piernas, no quería que mis compañeros se percataran de mi estado. Fingiría guardar cosas en mi bolso y me iría lo antes posible.
—Chicos. —Hablé y escuchaba como continuaban platicando de cuantos seguidores tenían, cosa que no entendía muy bien. Las redes sociales no eran para mí, ni yo para ellas. Observé por encima de mi hombro ya que ninguno de los tres me prestó atención. Estaban ocupados por esa estúpida aplicación llamada Instagram, no comprendía que era lo divertido de subir fotos—. Chicos..
—¿Han visto qué tengo más seguidores que ustedes? ¡Soy el gazetto más popular! –Los otros dos posaron la mirada sobre Ruki con algo de amargura por la actitud altanera de nuestro compañero. Hablaba con máximo orgullo, inflando el pecho mientras mostraba la pantalla reluciente de su iPhone.
—¡Oye, oye! ¡No es así, Taka! —Dijo Kai, parándose con apuro del sofá dejando a la vista la pantalla de su móvil frente a los otros dos—. ¡Miren con sus ojos!
—No, miraré con los pies. —Pronunció Aoi burlesco. Ruki junto con él comenzaron a reír a carcajadas las cuales resonaban en toda esa habitación de cuatro paredes, por otro lado el líder volvía a su lugar para tomar asiento mientras lanzaba su celular al centro de la pequeña mesa que estaba frente de ellos. El sonido de unos aplausos invadieron de forma molesta mis tímpanos, el más joven de nosotros golpeaba sus manos entre sí, riendo de forma escandalosa. ¿Qué era lo chistoso de aquella frase? ¿Yo no tenía sentido del humor o Ruki reía por cualquier tontería?
—Me iré a casa. —Ahora sí la atención de los tres estaban puesta en mí, mientras que las risas llegaban a su fin—. Mis hermanas me han llam..
—No. —Soltó Kai sin dejarme terminar la frase—. Nadie se va de aquí, hasta cumplir las horas exactas del ensayo.
—¿Puedo terminar de hablar? Hay una situación a la cual deb.. —Una molesta voz me interrumpió por segunda vez, pero no precisamente la de Kai.
—No. —Rodé los ojos para luego observar al idiota que dijo aquello. Ruki.
—Déjalo terminar, Ruki. —Ordenó Kai con voz calma.
—Bien, gracias. —Dije entre dientes—. Una de mis hermanas tuv..
¿Esto era una maldita broma?
—No. —Ahora el que arruinaba mis palabras era el imbécil de Aoi—. ¡Lo siento, quería ser popular también! Kai no dijo que debía callarme.
—¡Ese es mi amigo! ¡Choca esos cinco! —Gritó Ruki orgulloso por la actitud estúpida de Aoi. Ambos chocaron sus manos.
—Vete a la mierda, no.. tú solo no. —Negué con la cabeza y los observé a todos—. ¡Los tres váyanse a la mierda, joder! ¡No les daré ni una miserable explicación, me largo de aquí!
Se miraron entre ellos y se encogieron de hombros, como dando por terminado el tema. Tomé mi bolso y caminé hacía la salida con apuro, coloqué mis manos sobre las puertas y empujé hacía adelante para lograr abrirlas, me retiré del estudio no sin antes que Aoi se despida de mí burlándose por mis palabras, al parecer le era gracioso que me enojara por culpa de ellos.
Cuando mi cuerpo traspasó la salida, cerré las puertas y pude escuchar perfectamente a Ruki.
—¿Alguien más ha notado la erección que tenía dentro de los pantalones Uruha? —Preguntó divertido y la vergüenza se fundió en mi sistema. ¡Joder!
—¿Creen qué ha estado hablando con una sensual mujer? —Intervino Aoi.
—No lo creo. Pude ver por el espejo que tenía detrás de él.. —Golpeé con la palma de mi mano mi rostro por ser tan imbécil y no darme cuenta de ello—. Estaba hablando con Reita.
—¿¡Qué!? ¿Quieres decir qué el culpable de esa erección es Reita? —Interrogó Ruki.
—¿Creen qué se envíen packs? —Inmediatamente pegué mi oído a la puerta del estudio. Si vieron la fotografía de Reita ya me daba por muerto.
—¿Qué demonios es un pack? —Quiso saber Kai.
—Un pack es.. —Trató de explicar con dudas Aoi—. Es un pack.
—Que estúpido eres, Aoi. —Dijo en tono quejoso nuestro vocalista—. Un pack son fotografías de tetas, vaginas, culos y penes. Mis amigas me envían ese tipo de cosas.
—Nunca he recibido algo así. —Contó con suma sinceridad el líder.
—Me das lástima, joder..
Despegué con premura mi cuerpo de la gran puerta de tonalidades grisáceas y suspiré con tranquilidad al saber que los ojos de Kai no pudieron captar la fotografía que Reita me había enviado. Todos mis sentidos ahora mismo estaban serenos y mis nervios se esfumaron, retirándose de mi anatomía.
La vibración intensa que percibí en una de mis manos me hizo reaccionar de forma acelerada, miré la pantalla encendida y ésta me informó que era una llamada de WhatsApp, presioné con el pulgar sobre el signo que era el correcto para responder.
—Hol.. —Quedé plasmado en completo silencio al escuchar su agitada respiración y gemidos a través del otro lado de la línea—. A-Akira..
—Shima.. — Su voz pareció recorrer todo mi interior e ir directamente a mi polla, endureciéndola más que antes—. ¿Ya estás en camino?
—Aún no.. estoy saliendo del estudio. —Tragué saliva inquieto al ver como alguien del staff caminaba por el estrecho pasillo, acercándose directamente a mí. Miré hacía los costados y me encontraba totalmente solo, el lugar estaba más que desierto.
—Señor Uruha. —Agradecí a Reita por haberse callado en ese momento. Observé a la muchacha mientras sus pies quedaban paralizados frente a mí, consigo traía un sobre de tono hueso, el cual me tendió—. Esto ha llegado para usted hace unos minutos.
—Muchas gracias. —Me examinó con la mirada al notar como me puse rígido, sentía que acabaría sin siquiera tocarme, desvíe mis pupilas a un costado. Reita volvió a gemir.
—¿Se encuentra bien?
—S-Sí, ¿Por qué no lo estaría? —Solo me miró con determinación y opté por señalar el baño con uno de mis dedos—. Debo ir.
Me giré sobre mis talones y moví mis piernas hacía la dirección que había señalado, pero antes de que continuara haciéndolo, me detuve por el sonido de su voz.
—¡Espere! Lo he olvidado. —Advirtió. La observé por encima de mi hombro.
¡Estaba haciendo una llamada, normalmente cuándo lo ves, tienes la obligación de no continuar interrumpiendo!
—Hay una reunión hoy con el manager y deben presentarse los cinco. Por favor dígale al señor Reita que se presente lo antes posible, lo hemos llamado, pero ha colgado todas las veces.
—Dile que no puedo. ¡Estoy en medio de una paja! —Habló del otro lado—. ¡Maldita sea cómo molesta, deberían despedirla!
—Claro, le diré. Ahora si me disculpas, debo continuar hablando por llamada con.. mi madre. —Mentí y proseguí con mi caminar.
—¡Mmm! Shima, ve al baño, joder. Apresúrate, quiero verte. —Su voz sonó tan ronca que mi cuerpo se estremeció, haciéndome cerrar los ojos inconscientemente.
—Eso estoy haciendo, Akira. —Respondí. Estaba tan excitado que solo deseaba llegar de una vez por todas al baño y librar mi polla, la cual hacía fricción contra mi ropa interior y pantalones. Necesitaba acariciarme.
—Quiero tocarte. —Soltó en un gruñido.
—Y yo a ti.
Ya me hallaba frente a la puerta blanca con la advertencia que era el de los hombres. Empujé de ella con fuerza y por fin ya me encontraba dentro de aquel lugar, me percaté de que nadie esté y me metí en uno de ellos. Bajé la tapa del retrete y me senté sobre él, dejando en el reluciente suelo el sobre que me entregaron.
Desprendí la hebilla de mi cinturón y luego desbroché los botones de mis pantalones y a continuación bajé la cremallera con ambas manos, mientras mi celular era sostenido por mi hombro y oído.
—Me has calentado, maldita sea.
—¿Sabes? Quisiera tenerte entre mis piernas chupándome la puta polla, con esos labios tan deliciosos que tienes. —Gimoteó y yo, gruñí.
—C-Cállate. —Fue lo único que logré decir mientras mi polla era liberada y quedaba descubierta para que mi mano la tomara.
—¿P-Por qué quieres qué haga silencio? Estoy masajeando mi polla pensando en ti.
—Eres sucio, Akira. —La palma de mi mano abrazó mi miembro viril y comencé a moverla de abajo hacia arriba. Mordí mi labio ante la deliciosa caricia.
—Tú eres más sucio, mírate. Masturbándote en el baño de la compañía por mi culpa.. —Eché mi cabeza hacía atrás y solté un fuerte gruñido—. Me gusta cuando gimes, tu voz se oye seductora cuando te calientas.
—N-Necesito descargarme.. no puedo conducir de esta forma. —Mi mano se movió con más desespero alrededor de mi endurecido miembro y escuché a Reita gruñir roncamente—. ¡J-Joder, gime más fuerte, cariño! No sabes como me endureces..
—Mi polla está durísima, te follaría en ese maldito baño. ¡Mmm! —Inicié un veloz vaivén mientras me mordía el labio para no gemir tan alto—. No me importaría si alguien entrase.. continuaría bombeando contra tu culo.
—Mierda, no sabes cuanto deseo tu polla en este momento...
—Cuando llegues aquí, no te soltaré, maldita sea. —Hablaba entre dientes y sentí como la punta de mi polla se humedecía por las gotas pre-seminales que escapaban.
—V-Vídeo llamada.. —Fue lo que solté y sabía, podía confirmar que de alguna manera estaba sonriendo depravadamente.
—Mmm ¿Estás deseoso por ver cómo me encuentro? ¿No te conformas con solo la fotografía que te he enviado?
—Necesito verte.
—¿Sí, cariño? ¿Quieres ver cómo mi polla está completamente húmeda y dura por pensar en ti?
—Sí.. déjame verla. —Mi mano se movía con gran ritmo y de un momento a otro la llamada se cortó. Dejé de masturbarme por ello y la imagen de vídeo llamada hizo presencia frente mi campo visual.
Ahí apareció Reita, recostado sobre la cama con sus piernas ligeramente abiertas, sosteniendo con una de sus grandes manos su polla erguida frente a la cámara, mis ojos viajaron un poco más abajo de su entre pierna para admirar sus testículos. Mordí mi labio con fuerza ante tal escena, la lujuria me abrazó por completo, envolviéndome de una forma desenfrenada. Mi cuerpo parecía arder al trascurrir los segundos, dilataba mis sentidos con impetuosidad, la sangre navegaba con fuerza a través de mis venas, trasformando todo lo que circulaba en mí en un ardiente fuego.
—Si que te encuentras duro, Shima. —Él fue quien se atrevió a hablar, ya que yo me hallaba anonadado con la vista perdida en su cuerpo—. ¿Quieres? —Movió de un lado a otro su polla con un movimiento muelle y solo logré asentir con la cabeza—. Muéstrame como te masturbas.. muéstrame como te tocas suciamente por mí.
Lo escuché jadear cuando comencé a masajear mi miembro, al comienzo fueron caricias suaves y con un ritmo bajo, pero al ver como él se masturbaba a si mismo con gran energía, solo atiné a imitarlo y hacerlo de la misma forma, mis gemidos invadían esas cuatro paredes donde me encontraba oculto del exterior, apretaba mis labios para ahogar varios de ellos en mi cavidad bucal, pero era casi imposible. El sonido placentero de los gruñidos de Reita lentamente me estaban llevando al máximo, sus expresiones al tocarse, su voz se oía más ronca de lo normal y sus pequeños ojos cubiertos por el oscuro de la voluptuosidad clavados en mi polla hacia que mis piernas se tensaran y enviaran vibraciones deliciosas por todo mi sistema.
Las gotas de sudor se deslizaban por la piel de mi espalda y sien, Reita se encontraba en las mismas situaciones que yo o peor aún, de todas formas no dejaba de verse deseable.
—Y-Yo no creo poder soportarlo mucho.. —Hablé entre suspiros de excitación y cerré los ojos al momento que mi pelvis se contrajo.
—¡Aah! Ni yo, contigo así, descargo inmediatamente. —Abrí los ojos ante sus palabras, quería acabar mirándolo, contemplando todo de él. Me masajee con frenesí y lo vi apretar con algo de fuerza la punta de su polla, sus gemidos se apoderaron de mi completa atención, eran más potentes y roncos que antes.. eso solo indicaba una cosa, ya estaba llegando. En la pantalla que nos separaba pude admirar como un espeso esperma salió disparando de la punta de su polla, se acarició con la clara intensión de exprimir hasta la última gota y con esa imagen llegué de forma apresurada al tal preciado éxtasis, todo se tornó caliente en mi interior, mis músculos se tensaron y continúe masturbándome sin apartar la mirada de Reita quien se humedecía los labios con su lengua y recuperaba el aliento perdido, ello logró seducirme. Apreté mis dientes y un sonoro gruñido escapó de mi boca indicándome que ya me encontraba acabando, mi mano quedó empapada por el caliente semen que había escapado.
—J-Joder, que delicia.. —Dejé salir de mis labios con debilidad, mi pecho estaba levemente agitado y mi espalda chocó contra la fría pared. Estaba agotado.
—H-Hasta donde nos lleva la puta calentura. —Comentó Reita recuperando el aliento y solo opté por asentir. Todavía tenía sus gemidos, jadeos, gruñidos y suspiros en mi mente.
—Aki, ven cuanto antes, recuerda.. la reunión. —Con mi mano libre tomé papel higiénico y limpié todo lo que había eyaculado.
—Bien. —Habló con desgana, para después suspirar—. Me daré una ducha y en veinte minutos estaré allí.
Cortó la llamada y me incliné para dejar el celular sobre el suelo, tiré en el sesto de basura el papel con el cual me había limpiado, aún así me encontraba sucio, debía salir de allí y lavarme con abundante agua fresca y jabón líquido mis manos.
Me puse de pie y tomé el borde de mi pantalón y bóxer con las yemas de mis dedos, los deslicé con apuro por mis piernas subiéndolos completamente y el sonido de un nuevo mensaje hizo que dejara a medías la cremallera que me encontraba subiendo.
Akira:
Olvidé decírtelo, pero ya sabes..
Me pongo nervioso, la timidez me carcome por dentro y tartamudeo cuando debo decirlo, así que prefiero escribirlo.
Dirás: "¿Cómo puede avergonzarse de ello cuándo me habla tan suciamente?" Pero cuando me encuentro excitado, la vergüenza se esfuma de mi cuerpo completamente y mi otro yo que lleva el lado perverso sale de mí.
Así que solo te lo escribiré..
Te quiero, Shima. No tienes idea de cuanto te quiero, idiota.
Mis ojos recorrieron como tres veces las letras de ese mensaje y las comisuras de mis labios se extendieron para formar una sonrisa. Eso lograba él, hacerme sonreír con un simple mensaje o arrancarme suspiros con frases imprudentes.
Fin.
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